La mujer es un recurso, no es un costo

La mujer no tiene que elegir entre la familia y el trabajo.
Por una parte el estado debe favorecer y facilitar a las mujeres en el mundo del trabajo. Por ejemplo con ayuda financiera a las familias con niños para mantenerlos en jardines de infancia o colegios durante horarios flexibles.
Por otra parte, las empresas deben reconocer la labor, la capacidad y el valor de la mujer y darle las mismas oportunidades de ascender que se dan al hombre, reconociendo a la mujer como un recurso y no como un coste para la empresa.