Patricio Hermosilla Olmos

Una sociedad igualitaria es la que mide a sus sujetos por su valía, por sus logros y objetivos alcanzados, sin tener en cuenta otras razones. El sexo es un elemento distintivo dentro de sus miembros, esta circunstancia la permite ser más diversa y heterogénea, favoreciendo en su avance y crecimiento, siempre y cuando se enriquezca de la mezcla ponderada de la participación de ambos sexos.
Cuando la mezcla ponderada se desequilibra a favor de la participación de una parte, limitando la participación de la otra, es la sociedad la que se frustra a sí misma, estancándose, como un ave que tiene dañada un ala y solo puede volar en círculo, sin avanzar su camino.
En la empresa como en la sociedad no podemos perder de vista el horizonte, ni volar bajo, ni perder el tiempo volando en círculo, todo lo contrario, tenemos que volar más alto y más rápido que las demás empresas, para eso necesitamos que las dos alas batan con toda la fuerza, y que aporten tanto como puedan, para cumplir el objetivo común, y aprovechar el empuje y las inquietudes de todas las personas sin distinción de sexo raza o cualquier otra condición, que no sea sus méritos y su valía.
Necesitamos que las dos alitas de aqualia que sujetan su gran nombre, forjado por años de trabajo de todas las personas que han entregado su vida laboral a esta empresa, batan con igual fuerza, para que su nombre, el nombre de aqualia vuele más alto y más rápido.