Ojalá...

Ojalá tu maternidad no suponga tu suicido laboral, ojalá tu salario no fuese más bajo que el mío, ojalá no seas tú la que tenga que pedir reducción de jornada para cuidar de los nuestros, ojalá el reparto de tareas en el hogar fuese más equitativo, ojalá no tuvieses que aguantar comentarios sexistas, ojalá no fuese necesaria la Ley de Igualdad, ojalá la palabra “estereotipo” fuese una marca y la palabra “rol” sólo un juego,…ojalá escribir esto no fuese necesario.
Me comprometo a tener siempre en cuenta tu valía, a cuidar de los nuestros codo con codo, a compartir contigo las tareas del hogar, a no mirar para otro lado ante comportamientos inadecuados, a no mantener un silencio cómplice cuando alguien hace un comentario sobre tu físico, me comprometo a no poner trabas en tu desarrollo como persona,…me comprometo a no llamarte jamás el sexo débil.
Sólo te pido que aprendas a valorarte, a luchar por tu libertad, porque como decía Ayn Rand*: “La cuestión no es quién me lo va a permitir, sino quién me va a parar”.
Ayn Rand*: seudónimo de Alisa Zinóvievna Rosenbaum, fue una filósofa y escritora estadounidense de origen judío ruso.