¿Consideras que Aqualia es una empresa que avanza en materia de igualdad?
Pienso que sí, ya que lo primero y más importante, que es la concienciación de trabajadores y cargos directivos, lleva tiempo asentada en Aqualia.
Paralelamente, se están llevando a cabo muchas políticas y acciones en materia de igualdad.
Me gusta ser incluyente, no excluyente, y pienso que los logros y los retos tienen que ser compartidos y disfrutados por todos. Solo así se avanza, contando con todos, y Aqualia trabaja, a mi entender, con esas mismas premisas y objetivos.
¿Qué destacarías de la experiencia de trabajar con mujeres de diferentes generaciones?
Es muy motivador trabajar con generaciones diferentes porque siempre surgen sinergias.
Centrándome en las mujeres, cada una de nosotras ha tenido unas vivencias motivadas, en ocasiones, por cómo era la sociedad en la que hemos crecido (por los valores imperantes), y en la que nos incorporamos al mundo laboral.
En cierta forma, lo estupendo y sorprendente de todo ello, es que, prácticamente, tenemos unas expectativas vitales y profesionales muy similares, nos hayamos incorporado en una década o en otra, en una época de crisis económica o en una de crecimiento.
Todo confluye básicamente en dos grandes aspectos: todas queremos aprender y emprender, y priorizar, como pilar fundamental, el equilibrio entre la vida personal y la profesional.
¿Qué mensaje le trasladarías a una mujer que comienza ahora su vida laboral en el sector del agua?
Que el inicio de la vida laboral es una de las grandes etapas de la vida. Este sector es apasionante, y siempre se tienen grandes retos por delante: implementación de nuevas tecnologías para mejorar la recogida y el aprovechamiento del agua, evitar el problema de la escasez….
En un mundo cada vez más globalizado, hay que saber adaptarse y ser proactiva, pero también le trasladaría que siempre tenga presente que, compartir conocimiento con sus compañeros y saber escuchar, la fortalecerá como profesional.
