Beatriz García Veres
Responsable de Clientes. Santander.
Mujeres y hombres unidos por una misma causa: “El futuro de nuestras hijas”
Hombres y mujeres, padres y madres del mundo mundial, cómo diría Manolito Gafotas, hagamos un ejercicio muy sencillo: Reflexionemos, recordemos cómo era la vida de nuestras bisabuelas, nuestras abuelas, nuestras madres y pensemos cómo queremos que sea la de nuestras hijas. El mundo ha evolucionado gracias a muchos hombres y mujeres que lucharon por ello y debe seguir haciéndolo con nuestra ayuda, la de los hombres y las mujeres.
En la actualidad vivimos en un mundo cambiante y convulso. Los principios y valores que deben guiar nuestra educación desde pequeños parecen tambalearse y aquí estamos hombres y mujeres sobrellevándolo como podemos. Ellos y ellas confusos porque los roles están cambiando y las piezas no encajan. Estamos viviendo una fase de adaptación y ambos debemos aprender a vivir esta nueva etapa en la que los hombre trabajan fuera de casa pero también tienen que responsabilizarse de la educación de sus hijos y las tareas domésticas, y a su vez las mujeres deben incorporarse al mercado laboral y llevar el peso de las tareas del hogar, debiendo colaborar en este proceso de aprendizaje de los hombres. Nos necesitamos mutuamente, nuestros niños nos necesitan porque cada uno aportamos nuestro granito de arena. Qué mejor enseñanza para nuestros hijos que el EJEMPLO de sus padres. Qué mejor legado para nuestras hijas que la educación de los niños en la igualdad.
Nuestras hijas tienen derecho a vivir en igualdad, a recibir el mismo sueldo por el mismo trabajo, a poder desarrollar su vida profesional y laboral sin acabar agotadas y sin sentirse culpables por no dedicar todo el tiempo que querrían a su familia, a tener la posibilidad de ascender profesionalmente sin renunciar a la vida familiar, a no retrasar la edad de la maternidad por motivos laborales, a poder compaginar la vida laboral y familiar con un compañero en igualdad de condiciones, en definitiva a poder ser PADRES por igual y compaginarlo con la vida laboral al igual que un hombre.
¡¡Hombres y mujeres de este mundo!! tenemos que ser capaces de entendernos y crear los mecanismos que nos permitan desempeñar el trabajo y llevar una vida familiar plena en igualdad de condiciones.
Como colofón, apelo a la buena voluntad y criterio de los empresarios y políticos para conseguir este objetivo mediante políticas educativa que promuevan la igualdad y la adopción de medidas que promuevan el ascenso a puestos de responsabilidad de las mujeres y que impidan que se den situaciones de desigualdad entre hombres y mujeres.
¡¡Va por ustedes!!. ¡¡Va por nuestras hijas!!